Ilusionados con dar un gran golpe en Catar-2022, Estados Unidos dijo adiós el sábado en los octavos de final ante Países Bajos, en un duelo que dejó al descubierto certezas e interrogantes de cara al Mundial que coorganizarán en 2026.

Estados Unidos, decidida a cambiar la imagen de su fútbol masculino, se tuvo que conformar con un aprobado e hizo las maletas a un solopaso del soñado enfrentamiento en cuartos con la Argentina de Lionel Messi.  

Competitiva con límites

Tras su dolorosa ausencia en Rusia-2018, Estados Unidos regresó a una Copa del Mundo con el segundo equipo más en joven en Catar yse mostró competitiva en la fase de grupos.

El 'Team USA' estuvo cerca de ganar a Gales (1-1), firmó tablas con la candidata Inglaterra (0-0) y mostró carácter al imponerse en un duelo a todo o nada con Irán (1-0).

El progreso mostrado por Estados Unidos, única selección de Concacaf en octavos, se estrelló contra sus límitaciones en el choque ante Países Bajos. 

El técnico Gregg Berhalter, criado futbolísticamente en la escuela neerlandesa, cayó en las trampas tácticas que le puso el maestro Louis van Gaal y sus figuras Christian Pulisic y Tim Weah erraron las ocasiones clave que no perdonaron los neerlandeses.

"Hemos demostrado que podemos enfrentarnos a algunos de los mejores equipos del mundo", dijo el capitán Tyler Adams. "Hemos progresado y seguiremos empujando. Todavía no estamos ahí, pero estamos cerca".

Potencial de futuro

Estados Unidos constató que le falta experiencia y jerarquía para hacer frente a las selecciones más emblemáticas pero tiene material y tiempo por delante para mejorar.

Los miembros de su columna vertebral militan ya en importantes clubes europeos sin haber cumplido aún 25 años.

El defensa Sergiño Dest, de 22 años; los centrocampistas Tyler Adams (23), Weston McKennie (24) y Yunus Musah (20); y los delanteros Tim Weah (22) y Christian Pulisic (24) deberían llegar en plenitud al Mundial de 2026 que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá.

En este proceso también hay margen para que emerjan jugadores que cubran las importantes lagunas del equipo en Catar, en especial la del delantero centro.

Arrastrando este problema de las eliminatorias, Berhalter probó sin fortuna en Catar a tres distintos 'nueves', incluido el colombiano-estadounidense Jesús Ferreira. 

En una de sus decisiones más criticadas, el técnico se negó a colocar en esa posición a Pulisic o Weah e incorporar al once a algunos de sus futbolistas más talentosos, como Gio Reyna o Brenden Aaronson.

El cambio de percepción

El 'Team USA' siempre ha vivido a la sombra de la selección femenina, campeona de los dos últimos Mundiales con figuras de una popularidad que trasciende el deporte, como Megan Rapinoe o Alex Morgan.

Las actuaciones en Catar prendieron interés por el "soccer" en el país, que registró las mayores audiencias en una primera fase del Mundial.

Sus futbolistas eran entrevistados en programas de 'prime time', el presidente Joe Biden les mandó mensajes de apoyo y la superestrella de Los Angeles Lakers LeBron James se enfundó su uniforme. 

La ex estrella de la NBA Charles Barkley tuvo un arrebato de optimismo en televisión antes de octavos: "Te garantizo que Países Bajos está en problemas y (después) quiero a España, a Brasil, a Alemania, a Francia".

Las expectativas, contenidas antes de comenzar el torneo, se habían disparado en medio de la pasión y la dimensión global del escenario.

El impacto de caer a la primera en las eliminatorias está por determinar pero la pujanza de este deporte en Estados Unidos es indiscutible, con una liga cada vez más atractiva para las grandes estrellas, incluido Messi.

Un camino incierto

Estados Unidos enfrenta ahora varios desafíos para consolidar y mejorar el nivel mostrado en Catar. 

Sin la necesidad de jugar las eliminatorias de clasificación, la escuadra norteamericana busca retos mayores que sus torneos regionales, la Copa Oro y la Liga de Naciones de Concacaf. 

Una de las opciones que está sobre la mesa es la de volver a competir, e incluso hospedar, la Copa América de 2024.

La otra gran incógnita es determinar la continuidad o el relevo de Berhalter, el técnico al que se encargó la reconstrucción del equipo en 2018.

El exinternacional mundialista, de 49 años, tampoco ha confirmado si desea mantenerse otros cuatro años en el puesto o aceptar alguna otra oferta en el fútbol de clubes.

En todo caso, desde el vestuario estadounidense salió un mensaje claro tras la lección aprendida ante Países Bajos, resumido por el central Walker Zimmerman: "Volveremos con más hambre que nunca".